martes, 27 de mayo de 2008

Mi vieja noqueó a un cobrador de micro.

Pequeña, pues llega tan solo al metro sesenta. Pero no por eso hay que subestimar el alcance de sus cachetadas. Lo aprendí desde muy chico, cuando le respondía altanero o decía algo indebido.
Su mano se batía en el aire más rápido que el impulso nervioso que me hacía esquivar el golpe. Tenía 10 años y no podía esquivar los golpes de mi madre. Cosa muy difícil, en serio.
Pasaron los años y mi destreza aumentaba, poco a poco podía esquivarlos con agilidad. Sonriente tras la primera vez no me di cuenta que un segundo golpe venía con el gancho izquierdo. Cuando mi habilidad se había desarrollado la edad hacía menos frecuente ese tipo de episodios. Me sentía aliviado, ya no tenía porqué esquivarlos.

El lunes por la tarde no fue el mejor día para ser cobrador de la línea número 10 que pasa por la avenida Brasil. Los manasos de mi madre no habían perdido la rapidez de antaño a pesar de sus 60 años, que mas bien los tiene bien llevados.

El conductor del micro, como muchos en esta ciudad, corría como si no tuviera madre. Pero seguro la tenía porque mi madre se la recordaba todo el camino. Luego de perder la paciencia muy rápido, mi progenitora hizo lo que pocos en un transporte público hacen: defender sus derechos. "No somos animales, no somos ganado, no somos paquetes para que conduzca así!! irresponsable!!" era el nivel básico de las quejas. Poco a poco comenzaron a brotar las lisuras, demostrando el buen repertorio que tenía mi mami.

"Hospital militar bajan!!" dijo ya molesta. El cobrador que no tenía idea de lo que le esperaba contesto altanero a la petición de mi madre. Abrió la puerta y se quedo apoyado en el marco, esa clásica manera de hacer bajar los pasajeros cuando están en carrera o cuando no tienen el más mínimo reparo en moverse.

"Baje ud. primero" dijo con tono amenazante mi madre. El cobrador la miro y contesto de la peor forma, retándola: ¿Por qué? Un pequeño silencio acompañó la tensión en el micro.

"Porque es su deber acompañar al pasajero hasta afuera, tiene que protegerlo al bajar...ese es su deber" respondió mi madre con la misma determinación que antes.

El cobrador, en su salsa, sonrió y le dio su respuesta: No

"A no?".....

Lo siguiente paso en tan solo milésimas de segundo. No le dio tiempo, lamentablemente él no había entrenado tanto como yo y lo más probable es que ni yo con tantos años de práctica hubiera podido esquivar ese manaso imbuido en pura cólera. La mano se batió y dio en el blanco. El cobrador sí bajo, pero fue el impulso generado por el golpe lo que hizo que bajara fuera del micro.

Ese fue probablemente el último día que ese cobrador osó comportarse como un patán delante de una señora de 60 bien llevados.

domingo, 4 de mayo de 2008

La Lisura: Puta madre

Ha pasado casi un mes, lo siento. Pero tengan por seguro que he renegado por la puta madre. Sí, soy lisuriento carajo...desde los 2 años y medio. Siempre es necesario un "puta madre" bien puesto. Como cuando estas parado como un cojudo tratando de tomar un taxi saliendo de la universidad y no falta...no falta!! el imbécil que se estaciona justo en el lugar donde pueden parar los taxistas. Y no solo es impertinente, sino que también se cuadra mal!! con parte del trasero de la camioneta dándole a la pista!! Animal!!...Yo no se manejar, pero PTM hay que tener mierda por materia gris para cuadrarse así!! Lo peor de todo es que si quería tomar el maldito taxi, tenía que hacer parar a los carros de la manera incorrecta...y que peor cojudez que joderle la vida a los demás en la pista!!

A la mierda, paré un taxi...y ahí pasamos a lo segundo irritante. Le digo el destino de la carrera, nada lejano. ¿Cuanto quiere?... 12 lucas....12 lucas PTM...cago monedas??...me cobran 6 siempre...SIEMPRE...y no soy roña!! es un precio completamente justo!!Le digo con toda educación (mordiéndome la lengua)..."Vaya a comprar pan caballero".

Tengo que parar otro carro...el imbécil sigue mal cuadrado...PTM. Pregunto...no va...PTM para que mierda hace taxi!!!¿La tercera es la vencida? Eso espero.

El siguiente es más conciente...6 soles me dice de frente. Perfecto. Subo. Me despido del cojudo impertinente. Animal de mierda. El taxista ríe y le pido disculpas por ganarse con la escena. Soy loco, pero consciente.

Y para no sentirme el único lunático aquí, acompaño este post con un video.